miércoles, 10 de junio de 2015

Capitulo 4

Pasaron los años, la princesa Elsa pasó a ser Reina; pero en el mismo día de la coronación, los habitantes del reino y su hermana, descubren el poder que ella poseía; ya que su hermana pequeña Anna, se había prometido con Hans, príncipe de las Islas del Sur, y por eso, Elsa pierde el control y huye, solo quería que su hermana fuera feliz y no pagase por la maldición que Elsa pasaba.
Huyó a las montañas y se creó su propio palacio de hielo, el cual sería su hogar y no molestaría a nadie nunca más. Tras un día en las montañas, Elsa recibe la visita de Anna, y le pide que descongele el invierno que había provocado, tras saber eso y que iba acompañada de otro muchacho, con el nombre de Kristoff, se vuelve a descontrolar ya que nunca tuvo la intención de congelar el reino. Sin que se diese cuenta, congela el corazón de su hermana, sin saber las consecuencias que con ello traería.
Tras acontecimientos mas adelante, Elsa quería huir definitivamente de Arendelle, para no hacer mas daño; y antes de que fuese ejecutada por Hans, pues su enamoramiento por su hermana fue todo un montaje. Anna interviene en la ejecución ya apunto de ser congelada, y en el momento de impacto de la espada con ella, es congelada de inmediato, tan congelada que el mismísimo hielo de ella rompe la espada de Hans y de una onda expansiva desaparece. Elsa abre los ojos y al ver aquella escena rompe a llorar. Un acto de amor verdadero en el que en cuestión de segundos, el cuerpo de Anna es descongelado, y el amor y la alegría volvía en ella. "El amor podía descongelar el invierno" aprendió Elsa.
Después de todo aquello, todo volvió a la normalidad, Elsa gobernaba y ejercía su papel como reina, Anna empezó una relación con Kristoff, y junto con Olaff y Sven forman una gran familia.
Todo fue bien los primeros meses, pero Elsa en sus aposentos descansando después de un día agotador. No hacia mas que rellenar papeles, y ocuparse del reino. Había ocurrido demasiadas cosas en tan poco tiempo, pero por suerte había conseguido dominar su poder, o eso creía ella. Pronto iba a ser el baile de otoño en el reino de Arendelle después de casi 10 años sin celebrarse tras que se cerraron las puertas del palacio para todo aquel que no vivía en el. Elsa pensó en cambiar eso, y por ella y por su hermana debían celebrar ese baile para volver a coger confianza con aquellos reinos para volver a tener acuerdos comerciales y militares.
Una vez decido, Elsa se apresuro a los aposentos de Anna, pero al abrir la puerta super ilusionada vio a Anna con Kristoff abrazados. No era un momento muy oportuno, pero aun así con compostura se acerco a ellos.
- Buenas tardes Anna, hola Kristoff
- Hola Elsa, - se despegó automáticamente de Kristoff- ¿que te trae por aquí?
- Bueno, era anunciarte algo que te gustará. - Anna al oír eso sus ojos se lleno de entusiasmo.
- ¿Si? ¿Que es? -pregunto inquieta. Elsa sonrió y lanzo la noticia
- ¿Que te parecería volver a hacer el baile de otoño? -Los ojos de Anna se iluminaron e inmediatamente abrazo a su hermana de alegría.
-¡Tengo que buscarme un vestido! -Elsa se río del comentario de Anna. - ¿Cuando va a ser Elsa?
-Pues en 3 días, justo la primera noche de otoño.

Mientras tanto en las afueras del reino, en el bosque justo en la apuesta del atardecer, una imagen indescriptible de aquella escena se encontraba sentado en una de aquellas colinas un muchacho bastante peculiar. No hacia ni un mínimo movimiento, pero no dejaba de mirar hacia el mar, viendo como decenas de barcos desembarcaban en Arendelle, cosa que le pareció raro, puesto que el tuviese entendido, Arendelle nunca recibía visitas. Tras finalizar el atardecer se decidió y se levanto, se quito la capucha de su sudadera, así viendo su cabello blanco como la nieve. Espero unos segundos mas y justo antes de despegar.
-¿Que habrá sido de ti princesa Elsa, y que estarás tramando?

domingo, 10 de mayo de 2015

Capitulo 3

Mas noches como la primera pasaron. Jack visitaba a la pequeña princesita de Arendelle casi todas las noches, puesto que por el día ella estaba con deberes reales y con sus padres.
Las noches pasaban muy rápidas, y los días muy largos; puesto que la pequeña Elsa se acostumbraba a la brisa y la diversión de su espíritu del hielo. Pasaron días, semanas e incluso años, parecía como si solo hubiese pasado unas horas. Día a día veía Jack a Elsa crecer, se convirtió de una niña a una pequeña adolescente, cada minuto que pasaba la veía mas hermosa.
Una noche, Jack entro a la habitación de la princesa, y pudo observar que no estaba sola. Al parecer estaban sus padres con ella hablando, ella estaba muy sería.
-Salimos mañana al amanecer. -comentó su madre.
-Pero, ¿a donde vais? - preguntó Elsa preocupada y triste, pues sus ojos estaban rojos y llenos de miedo.
-Tenemos que ir a una ceremonia cariño. -contestó el padre.
-¿Seguro que estaréis bien? -Finalizo preguntando la princesa rompiendo aquel incomodo silencio.
-Tranquila, no va a pasar nada Elsa. -Dijo el padre con una sonrisa, puesto que veía que Elsa había mejorado respecto a sus poderes, no sabia como, si con estar siempre en su habitación, el echo de no acercarse a nadie; no lo sabia, solo que estaba orgulloso de ella. -Nos veremos muy pronto cariño.
Elsa no dijo nada, solo se arrodilló ante ellos y se fueron. Ella se quedo mirado la puerta un buen rato, pero no hubo nada.
-¿Y así sin mas se van? Pues vaya, ahora es mi turno de saludar a la princesa. -Dijo Jack, y enseguida hizo nevar un par de copos de nieve de encima de la cabeza de Elsa.
Esta al darse cuenta sonrió, el dolor se fue y la alegría volvió a los ojos e la princesa. Estuvieron casi toda la noche jugando, era lo que mas le gustaba del día, cuando venia su espíritu. Tras varias horas de juego, Elsa se sentó en la cama y bostezó , se ve que estaba cansada, demasiadas emociones en un solo día. Se acostó en la cama, mientras que Jack se acercaba para ver como dormía. Dispuesto a marcharse, Elsa se dispuso a decir algo.
-Espíritu, -Jack paró antes de salir por la ventana y miro a la princesa. -¿te quedaras conmigo siempre?
Jack sonrió nuevamente, se sentía genial cada vez que veía a la princesa por la noche, aun que le gustaría que le pudiese ver, pero mejor eso que nada. Para finalizar congeló un cristal y escribió en el "Si". La princesa sonrió al ver el mensaje en el cristal y se durmió. Jack antes de irse escribió una nota a la princesa, y finalizando la nota se fue.

A la mañana siguiente, se despierta Elsa. Era una de las mañanas que mas felices se despertaba, desde aquella noche con 5 años que vino el espíritu a verla, había pasado ya prácticamente 10 años, sentía que por una vez en la vida tenia un amigo, un amigo que nunca lo abandonaría. Se levanto de la cama y se puso a hacer sus deberes reales.
Por fin terminados pudo ver que había una nota, se dispuso a leerla cuando los guardias llamaron a los aposentos de la princesa.
- Princesa, princesa.
- Si, ¿que ocurre? -dijo sin necesidad de abrir la puerta.
- Sus padres, ha habido una tragedia, el barco se hundió a las horas de zarpar. -Su corazón se paró, su respiración hacia que no le llegase el aire; aquella noticia le había robado toda aquella felicidad que había conseguido poco a poco. No podía moverse, tan solo podía recordar aquella despedida, una y otra vez. Sentía como si una puerta se cerraba y que nunca se volvería a abrir.
Pasaron las horas, y Elsa seguía encerrada en su habitación, en sock, sin mover ni un solo musculo, apoyada de espaldas en la puerta de su habitación.
Tock tock tock
-¿Elsa? -una voz femenina volvía a resonar en los oídos de Elsa, hacia tiempo que no oía su linda voz, la de su hermana pequeña, Anna. -Se que estas ahí dentro, la gente pregunta donde estas... Dicen que intente tener valor, y ya no puedo mas, dejadme entrar... -Su voz aun la mataba de dolor, su llanto, el no poder ayudarla... Por miedo a hacerle daño. -Ya no nos queda a nadie, solo tu y yo... ¿Y ahora que va a pasar..? Hazme un muñeco de nieve...
No podía Elsa aguantar mas y rompió a llorar. No podía hacer nada, y solo pensar que su espíritu llegaría esa noche y la animaría. Pero... No fue así, esa noche no vino, y Elsa sufrió mas. Pasaron los días, y su espíritu no venía. Cada día que pasaba, era una esperanza menos que tenia. Pues ya perdida toda esperanza, cogió la nota que dejo el espíritu la última noche que vino. Nuevamente miro a la ventana, respiró y se puso los guantes que le dio sus padres hace poco puesto que los otros ya estaban pequeños. Respiro hondo y miro a la luna llena.
-Me prometiste que estarías siempre a mi lado, Jack Frost.

FIN DEL CAPITULO 3
Espero que os haya gustado aun que haya sido un capitulo triste. Dejad comentarios e idas de como queréis que continúe la historia. Un beso. 😘❄

viernes, 8 de mayo de 2015

Capitulo 2

Después de aquella noche, Jack se quedó con la curiosidad del poder que la niña tenia semejante al de él. A la noche siguiente, sin aguantar la curiosidad de averiguar mas de todo aquello, volvió al castillo de la niña, que se situaba en Arendelle.
Por lo que pudo deducir, es que la niña debía ser la princesa de ese reino, pero no llegaba a entender el por que la encerraban en la habitación, se aislaba del mundo, y retenía sus poderes. Por esas mismas razones a la siguiente noche volvió. Rápido como un rayo llego a la ventana de la niña, que al parecer con un leve gesto con el bastón, provoco una pequeña brisa la cual abrió la ventana suavemente. Poco a poco sin hacer el mínimo ruido entro a la habitación de la niña y pudo observar que estaba durmiendo en su cama. Poco a poco se iba acercando a ella y veía como dormía, esa ternura que sentía en él era algo que hacia tiempo que no sentía, esas ganas de estar ahí siempre con ella, pues ya no es solo el echo de los poderes semejantes a los suyos, ya es que esa niña tenia algo que no podía evitar unirse a él.
Dejando ya la ternura y las tonterías, Jack se dio cuenta que poco podría hacer si ella dormía, así que se quedo en la alfombra, se tumbó y dejo que pasase las ultimas horas de noche que quedaban.
Había pasado 3 horas, y la niña en cuestión que saliese los primeros rayos del Sol, ya se alzaba de la cama. Unos bostezos súper tiernos salían de ella, los cuales de lo mona que lo hacia Jack se reía. Pero al cabo de las horas no hacia nada, solo leer libros de hechicería, mirar al techo, mirarse a las manos, nada especial. Se ocultaba, tenia miedo. Jack no aguantaba verla así, así que hizo caer copos de nieve en su habitación.
La primera reacción como era de esperar era de susto, no paraba de mirarse las manos, no entendía nada, sabia que no había hecho ella aquello. Seguidamente hizo un conejito de nieve saltando por la habitación, todavía la pequeña niña se asustaba aun mas. Pero al fin y al cabo se acabo relajando y divirtiéndose con las cosas que creaba Jack.
-¿Eres un espíritu del hielo o algo así?- "¿se refería a mi?" se preguntaba Jack -  por favor haz una señal por si es un si.
Jack dudo en aquel momento, podía ver que no creía en el, pero era una forma de acercarse mas a ella y de que disfrutase de la nieve. Por lo tanto Jack crea una corona de hielo como en señal que si, era un espíritu del hielo
-¡Ala, que guay! -Dijo la pequeña súper emocionada, por que sentía que no estaba sola, y esa sonrisa le alegro mucho a Jack. -Me llamo Elsa, y soy la princesa de Arendelle.
Elsa, así se llama la niña. Jack pensó en darle su identidad, pero... Mejor será mantener esto en secreto, puesto que pensaba que era un espíritu, y no querría que volviese a estar mal.
Elsa no paraba de jugar con la nieve que caía del techo, esa alegría le llenaba mucho a Jack.
-¿Te quedaras conmigo espíritu?- preguntó la pequeña, y Jack respondió con una simple brisa abriendo de par en par la ventana de la habitación.
Este era el comienzo de una amistad bastante peculiar. Desde ese día, Jack visitaba a Elsa todos los días. Le hacia ver lo bonito del hielo, aun que ella no lo veía ni lo oía, lo sentía, y con eso era mas que suficiente y mas cuando le sacaba una sonrisa en esa linda cara.

FIN CAPITULO 2

Capitulo 1

"Me llamo Jack Fost, ¿que como lo sé? Me lo dijo la Luna"
Jack Frost, un supuesto icono del frió, de la nieve y la diversión; una leyenda, un personaje fantástico. Aparentemente un chico de una edad aproximada de unos 20 años, pero que en realidad, es inmortal. De cabellera blanca como la nieve misma, al igual que la piel; y ojos azules como el frió. Vestía siempre con una sudadera azul marina y uno pantalones marrones, siempre descalzo, y lleva un especie de bastón grande el cual le permite volar y también utilizar sus poderes.
El solo quería divertirse, no le importaba nada más, puesto que nadie podía verle, por que no creían en el; y siempre en ese sentido se sentía vació.
Tan solo en pocas contadas ocasiones ha mantenido contacto con otras personas, o mejor dicho, otros seres fantásticos; como son el caso del Conejito de Pascua, que bueno... Un conejito no es que sea precisamente. Mide un metro noventa, lleva bumerán y bueno, se hace siempre el conejo duro, pero en realidad es muy tierno; menos con Jack, puesto que tuvieron un accidente en el día de Pascua allá en el año 1800 por una ventisca que provoco Jack, pero no es que hayan tenido una buena relación. Y luego esta Sandy, el creador de sueños, el es bajito y dorado, similar a una persona; el es mudo, poco hablan por no decir nada, pero aun así se entienden. 
Bueno, tras casi 300 años desde que vaga por la tierra como un ser inmortal, Jack Frost volaba por los cielos estrellados de Noruega, del aburrimiento y de hace casi mas de 50 años, decidió pasarse por ahí, a ver que tal el panorama. Tras haber ido a todos los sitios de Noruega, se dispone a irse a otro sitio, puesto que no había nada interesante; pero en un instante, pasando por al lado de un castillo, Jack se detiene al ver que una de las ventanas se había congelado. No podía creer lo que veía sus ojos, por que el no había sido quien congeló la ventana, estaba algo lejos para hacerlo, aparte de que estaba dispuesto a abandonar Noruega.
Jack no entendía nada, así que decidió acercarse a aquella ventana por curiosidad. Cuando llego a la ventana pudo ver a la supuesta causante de que la ventana se congelara y que no fuera por el; había una niña aparentemente de nos 5 años, asustada, alejándose de la ventana y mirándose las manos. Tenía el pelo rubio casi blanco y los ojos azules como el océano. Jack no tenia palabras "¿es niñita había echo eso?", imposible, se dijo a si mismo.
Volvió a mirar, y se acercó aun mas a la ventana. La niña parecía estar hablando con su padre, al parecer acababa de entrar. Parecía triste la pequeña niña, y el padre preocupado; Jack no entendía el por que. Seguidamente, el padre le da unos guantes azules a la niña, los cuales se los pone al instante.
-Recuerda, no has de sentir.
-No han de saber...- responde la niña seguidamente tras respirar hondo.
Jack seguía sin entender nada, "¿los guantes retienen sus poderes? ¿Por que los quieren retener?" se preguntaba.
Enseguida, el padre se marcha de la habitación, y la niña se vuelve a acercar a la ventana que al parecer se había descongelado. Respira hondo, pero no puede evitar derramar una lagrima en sus adorable mejilla. A Jack le pareció adorable, una niña que tenia la misma la misma habilidad de el no es muy común encontrar en el tiempo que el llevaba de inmortal. Esta posó su mano en el cristal de la ventana, y acto seguido también Jack. La ventana se volvió a congelar, pero esta vez la niña no se asustó, si no que sonrió. Esa mirada de ternura le hizo sentir a Jack un sentimiento que hacia muchísimo tiempo que no sentía, "Alguien que me comprende" se dijo a si mismo Jack. Ambos retiraron sus manos y miraron a la Luna Llena.
-Volveré.- dijo finalmente Jack.
Aun que sabia que no lo veía ni lo oía, no importó. Esa niña tenia algo especial. Entonces Jack se fue, dejando atrás poco a poco aquel castillo, y sabia que en un momento dado volvería a ver a esa niña, no sabia cuando, pero tenia que volver a verla.
Mientras tanto en el castillo, ya la pequeña niña alejándose de la ventana, escucha unos golpes y una voz muy familiar, que aun que la llamasen, no iba a contestar.
-¿Elsa?

FIN CAPITULO 1